Tras la derrota electoral del 26 de octubre, surgieron tensiones en el peronismo bonaerense. Sectores cuestionaron la estrategia electoral y aparecieron carteles en las sedes partidarias contra la conducción de Máximo Kirchner.
El resultado de los últimos comicios legislativos desató fuertes reclamos en el PJ bonaerense. Desde la misma noche de la elección se cruzaron acusaciones entre La Cámpora, que señaló al gobernador Axel Kicillof por el desdoblamiento de los comicios, y dirigentes municipales que defendieron la estrategia. En paralelo, carteles con mensajes como “El Partido Justicialista no es tu monarquía” y “Basta de herederos y bendecidos” aparecieron en la sede del PJ provincial en La Plata y en la del PJ nacional en Buenos Aires, en alusión directa a Máximo Kirchner.
Las diferencias también se reflejaron en declaraciones públicas. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, respaldó en redes sociales la visión de Cristina Fernández de Kirchner, mientras otros referentes cuestionaron la falta de resultados en la elección de diputados nacionales. Kicillof defendió el desdoblamiento al asegurar que su fuerza mantuvo los votos en octubre, aunque las críticas se mantuvieron dentro del partido.
Con la renovación de autoridades prevista para fin de año, distintos nombres comenzaron a circular para disputar la conducción partidaria. Entre ellos figuran la vicegobernadora Verónica Magario, el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, y el ministro Andrés Larroque, que expresó su disposición a asumir un rol de liderazgo. Desde el kirchnerismo aseguran que Máximo Kirchner seguirá al frente del PJ provincial hasta la elección interna, aunque el clima anticipa una disputa prolongada por el control del partido.













