Autoridades de diferentes escuelas de Lanús, denunciaron falta de inversión en alimentos por parte del Municipio. Los mismos deben ser distribuidos en el alumnado durante la jornada escolar. En las escuelas públicas se reparten el desayuno o merienda, y también el almuerzo en los casos de doble jornada. Sin embargo, el Municipio no garantiza la ingesta de alimentos nutritivos y en muchos casos, no llegan a cubrir la totalidad de los alumnos.
Recientemente, una docente de la Escuela Primaria Nº 62 de Monte Chingolo, realizó un descargo en redes sociales. En el posteo aseguró que la comida en las escuelas es escasa, y de mala calidad nutricional.
Los estudiantes que asisten en jornada completa reciben un sándwich pequeño con apenas una feta de fiambre. Aseguró que es la única vianda que reciben y que incluso, no alcanza para la totalidad de los chicos.
La docente aseguró: “este es el almuerzo de nuestros alumnos. Todo el tiempo se está reclamando un cambio desde la dirección de la escuela y cada vez que se pide vianda se recibe lo mismo“.
Luego, aseguró que en el establecimiento se comenzará una reforma edilicia que impedirá cocinar, por lo cual la alimentación dependerá exclusivamente de los alimentos que otorgue la Municipalidad.
La falta de inversión
Este problema se suma a los recientes reclamos de varias instituciones educativas del distrito. Con las bajas temperaturas, hay varias escuelas que no tienen gas y tuvieron que suspender sus clases o bien, cambiar el horario de las mismas.
Esto afecta directamente a los alumnos, quienes pierden horarios de clase a causa de la falta de respuesta del jefe comunal. No sólo sufren enfermedades respiratorias y deben permanecer abrigados en todo momento, sino que tampoco pueden tomar nada caliente.
El control de la alimentación en las escuelas está a cargo del Servicio Alimentario Escolar, bajo el mando del coordinador municipal Osvaldo Otero. Hasta el momento, Otero y Lavezzi -quien se encuentra a cargo del Consejo Escolar de Lanús– no brindaron respuesta alguna a esta problemática.
Marta Santos