A un mes del recambio de autoridades, la derrota electoral profundizó las diferencias entre el gobernador y el sector de Máximo Kirchner. La pelea interna amenaza con fracturar al peronismo provincial.
El PJ bonaerense atraviesa su mayor tensión política en años. Tras la derrota del 26 de octubre, el enfrentamiento entre el kicillofismo y La Cámpora se intensificó y derivó en una disputa directa por el control del partido en la provincia de Buenos Aires. La renovación de autoridades, prevista para diciembre, definirá el nuevo equilibrio de poder dentro del peronismo y marcará el rumbo político hacia las presidenciales de 2027.
El conflicto se agravó luego de la carta pública de Cristina Kirchner al Partido Justicialista, donde responsabilizó al gobernador por el desdoblamiento electoral. En paralelo, Axel Kicillof reunió a los intendentes de su espacio Movimiento Derecho al Futuro, quienes reclamaron desplazar a los funcionarios camporistas del gabinete. Mientras tanto, en Quilmes, Máximo Kirchner encabezó un Ateneo de La Cámpora en el que defendió a la expresidenta y advirtió que “en el peronismo hay cosas que entre compañeros no se hacen”.
El acto mostró una nueva foto política dentro del kirchnerismo: Kirchner compartió escenario con Guillermo Moreno, recientemente condenado por la Corte Suprema, a quien el sector considera “proscripto”. Desde su entorno aseguraron que buscará reelegir al frente del PJ bonaerense, mientras que el kicillofismo evalúa impulsar un candidato propio. La pulseada entre ambos referentes reconfigurará la correlación de fuerzas dentro del oficialismo provincial.
La carta de Cristina también provocó reacciones de intendentes y legisladores cercanos a Kicillof. “Nos usan de chivo expiatorio”, expresó Mario Secco, jefe comunal de Ensenada, mientras que la senadora Teresa García pidió que el peronismo “vuelva a pensarse como un proyecto nacional, no municipalizado”. A un mes de la elección interna, el PJ bonaerense enfrenta el desafío de redefinir su liderazgo o asumir el riesgo de una ruptura. En este escenario, Sergio Massa observa la dinámica como pieza clave para evitar una fractura y preservar la unidad del espacio.













