En medio del conflicto con el Gobierno nacional por el endeudamiento provincial de más de 3500 millones de dólares, el gobernador Axel Kicillof inició el despliegue de una construcción política nacional para 2027, con eje en acuerdos con mandatarios provinciales y sin intervención directa en la interna del PJ.

Mientras negociaba con sectores del peronismo, el PRO, el radicalismo y legisladores libertarios para asegurar la aprobación del endeudamiento, Kicillof aceptó redefinir espacios en organismos, ampliar el directorio del Banco Provincia y fijar un piso de 250 mil millones de pesos para los municipios. La disputa por la conducción legislativa dejó a Alejandro Dichiara y Alexis Guerrera en la rotación de la presidencia de Diputados, desplazando al intendente Mariano Cascallares, a quien el gobernador promovía para ese cargo.

El recambio del PJ bonaerense abrirá otra discusión, con el vencimiento del mandato de Máximo Kirchner y la posibilidad de una interna. En el entorno de Kicillof anticiparon que acompañarán a los intendentes si avanzan con esa competencia y señalaron que el partido necesita una conducción encabezada por un dirigente con votos propios, preferentemente un vicegobernador o un jefe comunal. En paralelo, sectores del Movimiento Derecho al Futuro insistieron en que el gobernador debe integrar la oferta electoral del espacio en 2027, ante el escenario planteado por la reelección que ya promueve el presidente Javier Milei.

La estrategia nacional de Kicillof buscará consolidarse sin un mayor despliegue fuera de la provincia y sin confrontaciones abiertas en el peronismo. En la Gobernación remarcaron que no se trata de un proyecto personalista, sino de un armado “de abajo hacia arriba”, que incluso podría derivar en un candidato alternativo. Desde el sector de Cristina Kirchner sostienen que el gobernador no encabezará la fórmula presidencial del espacio, en un vínculo que permanece deteriorado desde la derrota del año pasado.

Lejos del PJ nacional, dominado por el kirchnerismo y con escasa coordinación entre gobernadores, Kicillof intenta reforzar su relación con otros mandatarios provinciales y construir una red territorial con intendentes, organizaciones y sindicatos que funcione como estructura política en todo el país. En ese marco, busca ampliar su armado más allá del peronismo tradicional y mantener distancia de La Cámpora, aunque sin un quiebre que favorezca al oficialismo nacional. Intendentes alineados al MDF reconocieron el desafío: consideran que la agrupación juvenil mantiene dirigentes valiosos, pero arrastra un estigma que afecta su presencia en los territorios.