Candela Fraga, estudiante de la UNLA, sufrió hace un año un accidente que casi la deja cuadripléjica, pero se recuperó y volvió a la primera plana en el ciclismo.
Tras recuperarse de un accidente que la tuvo al borde de abandonar el deporte, Cande Fraga, estudiante de la Universidad de Lanús, logró el primer puesto en el Gran Fondo de Ciclismo, realizado en la Ciudad de Buenos Aires.
Hace poco más de un año, en la popular carrera de ciclismo Río Pinto, en Córdoba, sufrió un accidente en el que pudo quedar cuadripléjica y la llevó a replantearse abandonar el deporte y el estudio.
A pesar de ello, se recuperó del mal momento, continuó estudiando en la carrera de Nutrición en la Universidad Nacional de Lanús y ahora, en la prueba Gran Fondo, organizada en la Ciudad de Buenos Aires, se quedó con el primer lugar en la categoría Mountain Bike.
Su vínculo con la Casa de Estudios se dio cuando hace cinco años, Candela se acercó a la UNLa para averiguar por la carrera de Nutrición. Le gustó y desde un principio percibió que se iban poder dar las cosas para estudiar y seguir desarrollándose como atleta de élite en paralelo.
“Me encontré con Juan Loiseau (director de Deportes de la UNLa) cuando fui a ver la Universidad para ver si iba a estudiar ahí. Le conté que era deportista y me mostró toda la universidad y me brindó su apoyo desde un principio”, relata.
En ese sentido, enfatiza: “La Dirección de Deportes de la UNLa siempre estuvo presente. En 2018 tuve la suerte de integrar la selección de ciclismo y tenía que concentrar mucho tiempo y me ayudaron con todo lo que pudieron. También alguna vez si necesitaba cambiar excepcionalmente la fecha para rendir un parcial porque me coincidía con un viaje para competir, me dieron una mano grande con eso también”, detalla.
Entre las mejores
Con 23 años, Candela se impuso en la categoría de damas, y finalizó en la colocación 30 en la clasificación general de la prueba de 90 kilómetros.
“Desde salida de bandera pude ‘fugarme’, meterme entre los hombres y sacar bastante distancia en relación a mis contrincantes. Cuando paso una vuelta (45 kilómetros), me alcanzaron otras ciclistas y fuimos en el pelotón. A partir de ahí, solo quedaba aguantar en la primera posición y llegar a un sprint final para darlo todo”, comenta Candela sobre los tramos de la carrera.
El accidente que la puso en jaque
Aún hoy recuerda lo ocurrido en Córdoba, cuando un competidor la chocó de costado, provocándole importantes daños. “Quedé inconsciente media hora más o menos. Me partí varios dientes, tuve muchos raspones y lastimaduras y un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento. Fue muy duro. Me pusieron en una camilla y me ataron. No me podía pasar suero porque no me encontraban las venas. Y como era un 1º de mayo no había médicos disponibles, no me podían hacer placas, así que tuve que esperar hasta la noche”, recuerda.
Sin embargo, lo más duro era el primer “pronóstico” que iba a escuchar de boca de los médicos ni bien recobró el conocimiento. “Me dijeron: ‘Primero, agradece estar viva; y segundo, es probable que quedes cuadripléjica’. Para mí fue un hecho muy traumático y con mucho estrés. Y lo mismo todo lo que vino de inmediato. Tres meses de estudios para ver si me habían quedado secuelas neurológicas”, rememora.
Con pocas ganas, al tiempo volvió a entrenar “de a poco”, y gracias a su talento, los éxitos volvieron. “Pensaba todo lo malo que me había pasado y me desquitaba con eso”, agrega la ciclista.
Ahora, con un chip nuevo en su cabeza y con ganas de superarse, tiene el campeonato Argentino de Rural Bike, donde irá por algo grande.