Las denuncias por el mal funcionamiento de los botones antipánico que entregó el municipio no cesan en Lanús. Ayer, un vecino que vive sobre calle Santiago de Plaul, aseguró que entre las 15 y 17 horas apretó el botón por una urgencia, pero en ningún momento recibió asistencia.

Mientras Grindetti pide penas más duras para quienes cometan delitos contra las personas mayores, los abuelos se encuentran en un total estado de vulnerabilidad. La medida, que debería brindar seguridad a los vecinos, no es más que otra falsa promesa del municipio.

Además, en los distintos barrios aseguraron que no se cubrió el 100% de los hogares como se prometió. Los mayores son las principales víctimas de entraderas en el distrito y en muchas ocasiones se registran víctimas fatales en los robos.

Los botones antipánico

Ante este hecho, los vecinos solicitaron que el municipio implemente medidas reales para frenar los delitos y la violencia hacia los adultos mayores. Desde la comuna, una vez más, no brindaron respuestas a este reclamo.

Hace poco más de un mes, el responsable de la seguridad local Diego Kravetz, realizó una polémica declaración que despertó la indignación de varios sectores. “Pasamos de 42 entraderas nocturnas promedio a 4 en un mes, pero vimos que el delito se mudó a otros municipios” aseguró el funcionario, pese a que los vecinos en las calles, viven una situación completamente distinta.

Por estas importantes razones, los vecinos cuestionaron a Grindetti y sus militantes. Esta semana, salieron a juntar firmar para endurecer las penas a quienes cometan delitos contra adultos mayores. Sin embargo, el accionar del jefe comunal se traduce como completo desprecio a la integridad y bienestar de los abuelos.